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Álvaro Hoppe y «El Espectador Activo»: una biografía que nos pertenece a todos

«¿A qué distancia miramos la diferencia?» es la pregunta que resuena durante el FIFV. Si bien es lo que nos convoca, inevitablemente las conversaciones y exposiciones encuentran su sentido ahí. Surgen diferentes respuestas en cada actividad, apenas en dos jornadas de Festival.

Durante el domingo 29 de octubre se impartió el segundo y último Taller con Picnic del colectivo Migrar Photo. Además, se continuó y profundizó en el trabajo de las Brigadas Fotográficas y los workshops. En paralelo, se llevó a cabo también la última sesión de los Visionados de Portafolio, que tuvieron lugar en el Parque Cultural de Valparaíso.

Durante los Diálogos Fotográficos anoche se realizaron tres conversatorios, uno en torno a la proyección del trabajo audiovisual «El Espectador Activo«, de Paulina Yáñez, en torno a la vida y obra de Álvaro Hoppe. Esto incluyó un diálogo con el mismo autor, en donde surgió la reflexión sobre la labor fotográfica.

Con el salón totalmente lleno se observó atentamente el trabajo documental de quien participó prestando sus servicios y trabajo para revistas como APSI, y se relacionó con AFI. Todos los negativos de esta época pasaban de mano en mano, entre fotógrafos. En el documental comentó cómo en ese tiempo no se cuidaban tan recelosamente los archivos, a pesar del peligro durante la Dictadura Militar.

«Ver un documental de fotografía en el género audiovisual genera un diálogo diferente», fue una de las afirmaciones en torno a la proyección que se dio en El Internado, pasadas las 20:00hrs. «A través de ese trabajo vemos cómo se ha ido transformando nuestro país», fue otra de las apreciaciones que surgieron de los asistentes.

Fue la misma autora quien habló de que su pieza audiovisual no es sólo la biografía de Álvaro Hoppe, sino también la biografía de otras personas.

Juan Hoppe, hijo del fotógrafo y parte de Migrar Photo, aprovechó la instancia para contar su experiencia y aportar al documental visto desde esta vereda, en cuanto a cómo influyó éste en su labor, también como fotógrafo:

“Es interesante cómo mi padre se relaciona con las personas a las que le toma fotos. Creo que mi papá tiene algo interesante en que puede conversar una hora después con quien le toma una foto. Y eso es muy claro en su obra, pero que no se ve en la fotografía, sino que se ve cómo se va vinculando después, en conversaciones. (…) Que la fotografía no es sólo un momento, sacar la foto en un instante, sino que es vida, cómo relacionarse con las personas en ese quehacer”.

El trabajo audiovisual fue el punto de cierre a las presentaciones previas de Patricio Salinas, Catalina Mena y Pedro Donoso, más Celeste Rojas y Agustina Triquell. Los primeros, comentando el último lanzamiento del fotógrafo y escritor; y la segunda ronda mostrando en formato DJ Book lo que ha sido la publicación de Celeste en la Casa Editora Asunción, llamada Una sombra oscilante.

«¿A qué distancia miramos lo que nos es próximo?», planteó Triquell, explicando que el trabajo de Celeste plantea el extrañar lo familiar y familiarizar lo extraño. La importancia de tomar distancia para ver y mirar esa historia, como sucede en el exilio del caso del padre de Celeste. Este trabajo permitió una distancia con el mundo familiar, con el que uno crece, entre silencios y suspensiones. Y esa reconstrucción es la de un personaje de ficción (el padre).

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Fotografía al alcance de todos: Taller con Picnic de colectivo Migrar

Durante las dos primeras jornadas de actividades del Festival, el colectivo Migrar Photo realizó dos instancias de su «Taller con Picnic». Esta no es una idea que lleven a cabo por primera vez: desde hace un tiempo encontraron en ello una manera de autosustentarse, generando una actividad al aire libre, de bajo presupuesto, para compartir y aprender de manera íntima.

¿Quiénes pueden y podían participar de estos talleres? Todos. Todos son bienvenidos, y la idea es que quien tenga un teléfono móvil – sin importar la calidad de su cámara – puedan integrarse y experimentar.

El taller se divide en partes: presentación, compartir y conversar sobre fotografía, para luego ir a fotografiar a los alrededores. Después de un tiempo se vuelven a reunir en torno a frutas, jugos y más, para compartir las imágenes que han tomado e intercambiar celulares. De esta manera, todos miran las fotografías del otro, sin necesariamente conocerse ni reconocerse, y retroalimentarse entre sí.

María José Mercado, una de las asistentes, comentó su experiencia.  «Vengo de La Serena, estudio arquitectura y siempre quise ir a un taller de Migrar. Lo encontré genial. Enriquecedor que hayan instancias así, donde puedes congeniar con muchas personas que tienen distintas visiones de cómo mirar la ciudad, desde un punto. Venir acá a observar de diferentes maneras es mucho más entretenido que conocerla caminando solo».

«Fue una súper buena experiencia, porque yo como Ingeniero Comercial no muchas veces tengo mucho la oportunidad de acercarme a cosas de diseño, o de fotografía. Entonces fue súper agradable que fuese tan fácil integrarme al grupo, poder fluir y que todas las ideas hayan fluido de forma tan armoniosa. Todos estaba permitido, y todos estaban dispuestos a escuchar», dijo Renzo Rojas, quien fue parte de la segunda jornada.

Estos fueron algunos de los resultados, que los participantes compartieron en sus redes sociales. ¡Comparte y etiquétanos, o usa el hashtag #FIFV2017!

Finaliza el segundo Taller con Picnic de @migrarphoto #picnicmigrar ¡Estos fueron sus asistentes de hoy!

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up ! @festival_fifv @migrarphoto

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Domingo y trabajando @festival_fifv @migrarphoto

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A escala @migrarphoto @festival_fifv

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Beto winner ! @festival_fifv @migrarphoto

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«Lo que el Festival está articulando son relaciones», Catalina Mena

Más de 60 fotógrafos, entre invitados, talleristas y asistentes al Festival, son los que se han reunido desde el Día 0 del FIFV 2017. El sábado 28 de octubre se dio el inicio oficial a las actividades que convocan ante la pregunta de ¿A qué distancia miramos la diferencia?. Personas de todo el mundo están aprendiendo, dialogando y aportando desde su área y perspectiva.

Dentro de las actividades a desarrollar, comenzó la jornada con el inicio de las Brigadas Fotográficas Visionado de Portafolios entre CasaPlan y el Parque Cultural de Valparaíso (ex Cárcel). Por su parte, el colectivo Migrar Photo tuvo su primer Taller con Picnic, para entregar herramientas fotográficas para aplicar desde el celular.

Diversos exponentes e involucrados en el Festival se reunieron en torno a la primera versión de Diálogos subterráneos, en donde se busca generar un espacio abierto al público para la discusión en torno a la fotografía y el sinfín de temáticas que desde aquello surge.

Romina Resuche y Agustina Triquelli, editora argentina, fueron dos asistentes que intervinieron a favor de plantear la necesidad de establecer espacios de igualdad en el ámbito de la fotografía.

Por otra parte, se dio inicio a los workshops de Walter Astrada y Nicolás Janowski, también en el PCdV.

El fotógrafo Luis Navarro Figueroa realizó el lanzamiento de su libro Kallfü, que retrata a Calbuco, donde vivió. CasaPlan fue el lugar de encuentro para este evento, que contó con la participación de Mauricio Toro-Goya y oriundos del archipiélago que aportaron sus impresiones sobre el trabajo de Navarro.

El FIFV2017 en su primer día, terminó con la primera versión de Diálogos Fotográficos en El Internado, que estarán disponibles hasta el viernes 3 de noviembre.

La primera instancia fue inaugurada por el Director de FIFV, Rodrigo Gómez Rovira, y la periodista y editora Catalina Mena. Ambos se reunieron en torno al plantear la pregunta central: ¿A qué distancia miramos la diferencia?. Con un ávido discurso de parte de Mena, quien planteó el conflicto de observar y relacionarse, una diferencia que pone en tensión no sólo a fotógrafos, sino a los seres humanos.

En sus palabras, destacó que “Las fotografías son lo menos importante del festival de fotografía”, ya que son las temáticas que desde ellas se abordan y afloran lo que queda finalmente. Las relaciones. Citando a Pierre Bordieu cuando habla del arte contemporáneo: el arte ocurre en la relación:

«La fotografía entonces debería desplegar ante mí, es una relación. Un flujo de las miradas. Porque cuando yo miro al otro, el otro me mira a mí. Debiera desplegarse una suspensión de las identidades que nos emociona».