Valparaíso es un laboratorio y la fotografía un constante proceso de experimentación

“Yo tengo la idea en que en verdad nos hacen creer que somos diferentes. Para de alguna manera dominarnos, y hacernos creer que el otro es el enemigo. Entonces siempre estamos pensando eso».

“Lo que he visto es que nos parecemos mucho más. Y tengo muchas más cosas en común con alguien con quien no tenemos nada en común… Es una confirmación de algo que ya sabía”.

Con esas afirmaciones comenzó ayer Walter Astrada. En los Diálogos Fotográficos del miércoles 1, día feriado en el que irrumpió la lluvia en medio del conversatorio. El fotógrafo argentino que lleva más de dos años andando en motocicleta, recorriendo hasta ahora más de 37 países, contó su experiencia y reflexionó sobre la pregunta central del Festival.

A través de su viaje, que comenzó apenas teniendo experiencia como conductor de moto, ha ido descubriendo el mundo desde otra perspectiva. Sus vivencias han remarcado lo que decía ya tener en mente: la idea de que nos venden una idea de diferencia, de que se nos impone para poder mercantilizar otros aspectos de nuestra vida, y ponernos en conflicto.

Los idiomas, costumbres, culturas y gustos no son una limitante en este sentido. Más allá de los límites geográficos, todos somos humanos y vivimos en el mismo planeta, con los mismos procesos – aunque pueden diferenciarse los tiempos.

“Viajar es no pensar que todo país es un resort”, afirmó. Cuando uno viaja no hay que buscar necesariamente las cosas que te gustan en tú país, en otro. ¿Si no por qué viajas? La idea de ir a un lugar no es disfrutarlo dentro de «sus limitaciones», pero sí adaptarse y disfrutar la diferencia.

Desde esta perspectiva, también el público se involucró en un buen diálogo con Astrada. Dentro de las preguntas, una voz alzó un importante cuestionamiento: “¿De alguna manera te cuestionas el desarrollo?”.

El autor contestó con otra pregunta, confrontando con el reflexionar a qué es que le llamamos desarrollo. Por una parte está la contaminación, los grandes edificios, la tecnología. Pero eso no lo es todo “No creo que como lo estamos haciendo, lo estamos haciendo bien. La verdad es que lo hemos estado haciendo fatal”. Y finalizó agregando que: “No tenemos la conciencia de que si el mundo desaparece, también desaparecemos nosotros”.

La noche continuó con el DJ Book a cargo del chileno Max Donoso quien presentó cuatro libros diversos, además de dar un adelanto de su obra. Actualmente se encuentra trabajando en Valparaíso, y en cuanto a la ciudad puerto se refirió que «Para mí, Valparaíso es como un laboratorio, así que estoy en una etapa como de experimentación”.

Donoso también agregó que «Los fotógrafxs tienen épocas y tienen trabajos. No hay buenos fotógrafxs, existen buenas fotografías».

Finalmente, recibimos a Zoltán Jokáy, quien además de fotógrafo ejerce como trabajador social. El húngaro comentó sobre su vida, al mismo tiempo que repasaba su obra – ya que ambas han estado íntimamente ligadas.

Durante sus años de ejercicio ha repasado el concepto de álbum familiar, sacando provecho de ello y de las instancias de estudio, trabajo y cotidianidad para hacer sus exposiciones.

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