Durante la década del noventa, movimientos sociales proletarios comienzan a ocupar edificios vacíos del centro de la ciudad de São Paulo, Brasil. Hoy, ya son mas de 40 diferentes movimientos en todo el país, que ocupan centenares de propiedades abandonadas con familias, inmigrantes y/o trabajadores.
En los 13 pisos de la ocupación Marconi, viven casi 200 personas a la espera de una solución habitacional digna. Dentro de ella, la noción de hogar (espacio de relaciones emocionales y de identidad), se vuelve frágil entre los recuerdos de lo perdido y las expectativas de un futuro más estable. Marconi es un lugar donde las historias de vida comparten experiencias en torno a la nostalgia y la pérdida.