Diálogos culminaron con interacción entre el público y los fotógrafos

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Expertos en colectivos fotográficos debaten en panel de discusión del FIFV

Una vez finalizados los cuatro diálogos del día, Fernando Melo, Bertrand Meunier, Juan Valbuena y Pio Figueiroa se reunieron en un panel de discusión donde pudieron responder las preguntas que los asistentes les hicieron, básicamente para conocer cómo nace la idea de realizar su trabajo en colectivos, dejando a un lado el trabajo personal del creador.

En el intento de despejar esta interrogante, el español Juan Valbuena, creador del colectivo NoPhoto, explicó que esto no nace necesariamente como una forma de querer ganar dinero o enriquecerse a través del trabajo conjunto con otros pares, sino que lo hizo como una manera de obtener posicionamiento en este proyecto que cada vez ganaba más adeptos en el mundo entero.

“No lo hice sólo por lo económico, sino que es más por posicionamiento porque te das cuenta que es mucho más fructífero trabajar junto a otros fotógrafos. Con esto no quiero decir que los mejores fotógrafos estén trabajando en colectivos, pero sí puedo asegurar que los fotógrafos de colectivos son mucho mejores que antes de entrar a los mismo”, explicó Valbuena.

En esta sintonía, Bertrand Meunier de Tendance Floue también descartó que la idea de trabajar en colectivos sea ligada a la parte económica, sino que “me interesó mucho la idea de crear el proyecto para vivir la fotografía desde otra manera, de una que no había sido tan explorada ni explotada hace 22 años atrás. Creo que trabajando en colectivo es muy distinto a trabajar de manera individual”.

 

Los egos: el gran problema

El único chileno que participó de los diálogos fue Fernando Melo del colectivo Concepción fotográfica, quien dio a conocer su visión acerca de la finalidad que cumplen estos colectivos, donde destacó que lo primordial es dejar a un lado los egos de cada uno para poder conjugar cada una de las ideas de los fotógrafos para poner un solo gran trabajo.

“Se requiere de una mirada más moderna; en el caso del colectivo se pueden establecer los distintos puntos de vista y ponerlos en juego, hay que arriesgarse. Esta es una primera fase que cuesta bastante porque uno tiene que mejorar la argumentación frente a la lectura de la fotografía que hace del otro; entonces se necesitan bajar los egos, ser más humilde, tratar de generar esa facilidad para que el otro pueda opinar. Acá hay parte de maduración y estrategia, hay amor, intelecto, razón, y en el fondo esto requiere de una organización”, señaló el fotógrafo penquista.

Por su parte, Pio Figueiroa señaló al respecto que “en términos contemporáneos cuesta definir lo que es fotografía, pero creo que tampoco tiene mucha relevancia intentar definirlo porque las veces que lo logramos hacer durante la historia finalmente se cayó por tierra al tiempo después. Creo que es mejor saber cómo se aplica, cómo se expresa, si sobrevive. Así pasa a ser mucho más pertinente para nuestra historia en comparación a lo que fue en el pasado la fotografía”.

Foto: Wilo Gajardo